Una noche, Sid le regaló cuatro rosas a Nancy, este era el primer gesto lindo que tenía él hacía ella.
Nancy se emocionó y puso las rosas en un florero viejo y roto. Cuatro días después, fue asesinada.
Sid jamás cambió el agua de aquel jarrón viejo, dejó que las rosas se marchitaran.
Cuatro meses después, Sid moriría por una sobredosis de heroína.

Escribo, pero desde que ya no estoy triste y estoy enamorado, ya no escribo, aunque podría escribir sobre lo que siento, pero nunca he escrito del amor, pero podría intentarlo.