Si fuera a morir mañana, no te lo diría.

Pasaríamos un día normal, te leería los poemas que no terminé de escribir.
Quizá un día tú los termines de escribir por mí y me busques entre líneas.

Te miraría mientras cae la tarde en tus ojos.
Estaría tranquilo, en paz, muriendo un poco cada segundo.

Perdona si no pasé mucho tiempo contigo.
No quería que estuvieras triste, quería verte sonreír un día más.

(Al final perdiste el interés de cualquier manera.)

Quisiera no sentirme así.
Quisiera no sentir nada por ti.
Quisiera no sentir nada.

Si muero mañana, será todo.

“Me sentí en una soledad tan espantosa que contemplé el suicidio. Lo que me detuvo fue la idea de nadie, absolutamente nadie, se conmovería con mi muerte, que estaría más solo en la muerte que en la vida.”
–Sartre.