Nos resguardo en aquel lugar de paz. En la comisura de tus labios y el pliegue de tus párpados al sonreír. En los miles de destellos que golpean el mar y la lluvia que empapa los zapatos. En el sol pintando el pavimento de naranja y el aire que despeina. En tu taza de té tibia y el latido de tu pecho al dormir. En la memoria y en el presente. Te resguardo en lo inmutable y en lo más profundo de mi ser.
Fotografía por Eduardo Pedro Oliveira
He pensado en quemar mi cama pero no tendría dónde dormir.
Que cansancio ser. La vida y yo no nos llevamos bien.