1. ¿Cuál es tu palabra favorita?: Presente.
2. ¿Qué soñaste anoche? Si no te acuerdas, relata algún sueño reciente del que te acuerdes.: Me encontraba en mi cama, completamente solo, derrotado por el dolor abdominal que me causaba toser sin alivio derivado de una gripe muy fuerte, pasaba día solo, hasta que desde la profundidad del armario escuché: “Deja de toser, vas a despertar a los muertos.”
3. ¿Cuál es la película que más te ha hecho reír?: Súper cool.
4. ¿Qué canción te gustaría que pusieran en tu funeral?: People crying every night.
5. ¿Cuál es tu definición de «arte»?: Aquello que importa en la intima subjetividad de quien lo percibe.
6. ¿Cuál sería tu proyecto o colaboración ideal?: Posiblemente algún happening.
7. ¿Cuál es el mejor consejo que alguien te ha dado?: El problema general, para la mayoría de nosotros, radica en creer que los demás piensan como tu.
8. Si pudieras cambiar algo del mundo, ¿qué cambiarías?: Un modelo de educación eficiente, creo con firmeza desmedida que provienen de la ignorancia la mayor parte de los males que succionan a la colectividad.
9. Un pingüino entra a tu cuarto con un sombrero puesto. ¿Qué es lo primero que te dice y por qué está en tu cuarto?: “Te preguntarás qué hago aquí. Pues, he venido desde Guatemala con el único objetivo de darte estos hongos alucinógenos, Jesús de Nazaret.”
10. Describe (en 100 palabras máximo) a qué te dedicas.: Estudio derecho, dedico el 60% de mi dual derecho fiscal por una remuneración poco sustancial, encuentro consuelo en el arte y en las novelas sin moraleja.
Fotografía por Jan Meifert
Comenzar la universidad, a pesar de haber vivido poco y de saber aún menos, es una proeza a pesar de su aparente pequeñez. No soy hombre de peleas pero me sigo revolcando en el aula,
sobre todo contra las leyes y las infinitas posibilidades que auguran mi destrucción académica: aún no entiendo qué es la justicia. Mis mayores aliados contra los ábacos han sido los libros sin moralejas (nadie me dice qué hacer). A pesar de medir 1.89 les tengo un temor absoluto a las mariposas (sin importar color o tamaño). No me da pena admitirlo. No me dan pena muchas cosas. No cuento con reconocimiento alguno-excepto un diploma que obtuve por competir en una cierta prueba de natación en la cual fui obligado a saltar al agua por mi madre y su hidrofobia.- He logrado convencerme, a pesar de todo y a pesar del flujo del mundo, que seré alguien importante. ¿Habrá peor mentira que la qué se hace uno mismo?