¿Cómo nació la idea de este libro?
El libro nació en los apuntes de mi diario, durante la pandemia. Empezó como un registro de la enfermedad de mi madre, que terminó siendo una demencia y además terminó con su vida, pero eso no lo sabía en ese momento.
Yo siempre escribí un diario y lo hago también ahora. Pero en ese momento había más tiempo y además el “tema”, por llamar a la enfermedad de mi madre así, era tan central que el diario ganó consistencia y puse todo el material en un archivo nuevo. Ahí lo empecé a trabajar con autonomía.
¿Qué descubriste en el proceso de escribirlo que no imaginabas al inicio?
Casi todo lo que recuerdo de ese momento está en el libro. Muchas de las ideas que tengo sobre la memoria, el lenguaje, la familia, el cuidado, el paso del tiempo las pensé a medida que las escribía. Las pensé escribiendo, digamos. Todo eso apareció en la escritura, no me senté el primer día y dije voy a escribir un libro sobre tales temas. No es que sean ideas muy sofisticadas, o que no las haya pensado mucha gente antes, pero son cosas que descubrí en el proceso.
¿Qué partes tuvieron que quedarse fuera para que el libro quedara como está?
De la “historia real”, por llamarlo de alguna manera, muchas. Por ejemplo, el deterioro de Sari y su muerte, que ocurrió el año pasado, quedaron afuera deliberadamente. No era la historia que quería contar, al menos en ese momento.
Además de eso, hice recortes propios del trabajo de edición. Quedaron afuera muchas citas de libros, por ejemplo, que me sirvieron de apoyo durante la escritura, pero que creo que, si son muchas, pueden interrumpir la historia.
¿Qué conversaciones, lecturas, imágenes o sonidos se cruzaron en la escritura de este libro?
Leí muchos libros que tuvieran que ver con los temas: relación con los padres, pérdida del lenguaje, duelo. Pero no solo por la escritura sino por el momento que estaba viviendo a nivel personal. Entonces, en realidad, lo que creo que más me sirvió para escribir fueron los libros escritos con mucha gracia y liviandad, que me ayudaron a cortar con lo sentimental y des solemnizar. Nombro tres: Macaneos de Sara Gallardo, El común olvido de Sylvia Molloy y La intemperie de Gabriela Massuh.

¿Hay una emoción o pregunta que lo atraviese de principio a fin?
Hay una pregunta en concreto que aparece en el texto, y es: ¿cómo puede ser que una persona que registró cada momento de su vida se quede de pronto sin poder decir? ¿En qué se convierte? Y otra que fue disparadora del libro: ¿cómo se construye una memoria familiar?
¿Hubo un momento en el que sentiste que el libro cambió de rumbo?
La escritura fue avanzando de a poco, de a fragmentos, y tuvo muchísima corrección. En el sentido de que casi todos los días yo entraba al archivo y volvía a leer lo que tenía y avanzaba de a poco. Me encantaba hacerlo. No tenía una idea predeterminada sino que fue apareciendo a partir del trabajo con el registro de lo que pasaba, el recuerdo y el lenguaje. Diría que lo que cambió el rumbo del asunto, fue la propuesta de editarlo por Marina Yuszczuck. Ahí empecé a revisarlo con la conciencia de que lo iba a leer gente que no conocía a los personajes y me propuse contar mejor.
¿Cómo cambió tu manera de leer o de mirar después de terminarlo?
No creo que haya cambiado mi manera de leer o mirar haber terminado el libro. Creo que cambié en estos años en general (hubo muchísimos cambios en mi vida personal) y a la vez sigo muy parecida a la que escribía sobre su neurosis en sus primeros diarios, como le pasa a mucha gente.
¿Qué autorxs te inspiran últimamente y qué encuentras en su forma de escribir?
En este momento, desde hace un poco más de un año, estoy fascinada con la escritora italiana Natalia Ginzburg. Sus novelas, cuentos y ensayos me deslumbran por su estilo simple y directo lleno de gracia e inteligencia. Me produce admiración lo divertidos que son, lo bien construidos que están los personajes, lo real y profundo del relato social. Me interesa también su ternura y su forma de mirar de frente la crueldad y el dolor.
¿Cuál es tu restaurante favorito y qué nos recomiendas pedir?
Recomiendo ir a Don Hugo, parrilla, y pedir entraña con papas fritas y ensalada.

Nació en Buenos Aires en enero de 1989. Es librera en Librería Mastronardi y parte del equipo de comunicación del museo Malba. “¿Por qué son tan lindos los caballos?” (Rosa Iceberg, 2024, MONTACERDOS, 2025) es su primer libro.
