Procuraré guardarte un espacio
en mi memoria retentiva,
para revivir
cuando al corazón se le antoje
volver a latir,
cuando florezcan los poemas en mi estómago.
Cuando vuelva a mí
el aroma de tu saliva en mi boca,
el sabor de tu espalda,
la esencia de la noche
y las horas consumidas.