Antes de, todo parecía perfecto.
Durante, me lastimabas sin razón, cien veces pidiendo perdón.
En momentos creí ser feliz, creí en el amor y en él para siempre.
Más tarde supe que nada cambiaba y sólo se deterioraba, y yo, ya tan cansada.
Casi al final buscaba y esperaba una razón, una excusa, para continuar.
Al final esa pieza en mí se partió y decidí marcharme.
Ahora en horas grises y azules siento que te perdí, pero sabemos que no fue así, que estoy mejor sin ti.
Escritora de papelitos regados por el mundo.