Cuando tenía 6 años amaba los dinosaurios, los dibujaba en todas partes y me escondía en el armario de la abuela.
¡Ah!, como extraño esa edad en dónde solo tenía que cerrar los ojos dormir y al siguiente día me esperaban los dinosaurios y el armario.
Hoy mi abuela ya no vive en ese departamento, ya no me gustan los dinosaurios, ya no duermo mucho y mejor aún. Ya no tengo 6 años.
Fotografía: John Kilar | Instagram
La curiosidad mató al gato.