Yo no te necesito, no necesito de nadie para ser feliz en realidad, quizá para cambiar el neumático de mi automóvil, si, pero o en la vida como tal. Agradezco tú compañía y aprecio con todo mi corazón tú presencia.
No me aferro, no me aferraré a ti y no es porque o pueda, es que no quiero y no debo. Eres como la sal, digamos, condimento que le la otro sabor a el platillo de mi vida; Eres una puerta que quiero abrir.
Sí te vas… me lastimara tu partida pero no sera mi fin, estaré melancólico y te extrañaré, te esperare por unos años y te tendré en mi mente.
Pero teniendo este amor por ti, aún así, no te necesito.
Fotografía: Anton Fadeev
Busco la felicidad. Y la busco en todo lugar desde el corazón roto y apasionado, del invierno a el verano y del Cariño a el dolor.