Sesenta y un lunas diferentes guardan un secreto,
siguen sin creerme cuando les digo
que tus ojos nunca son los mismos.
Murmuran en silencio cuando les confieso
mi fantasía de nadar desnuda en un mar de tu sangre.
Los relojes siguen jugando en nuestra contra,
no saben que encontramos la forma de parar el tiempo cada vez que nos decidimos por vivir bajo las sábanas.
Mis medias rotas llevan tu nombre
y una estrella vuelve a brillar cuando me
besas.
Quiero morir de amor o ahogada en el mar.