Mi último viaje

En mi último viaje, fui a la playa. Caminé, y anduve y disfruté por tres días. En algún momento me paré frente a un bar; había músicos tocando y se sentía alegría, había algunas personas, riendo y de cierto modo me hizo querer entrar. Camine hasta la barra y me senté, de momento no había nadie atendiendo y contemplé el lugar por algún tiempo. De repente, por una puerta salió una mujer de lo que parecía ser la cocina, cargaba dos platos con comida y caminaba hacia mí; sonrió y dejó los platillos a unos lugares de mí. Al regresar de dejar los platillos, dijo:
-Te ofrezco algo de tomar? (tenía la más bella mirada que jamás hubiera visto o imaginado).
-Que cerveza tienes? O podrías preparar un mojito? (recordé que en la entrada decía: “mojitos 2×1”)
Ella sonrió y dijo que prepararía algo mejor, dijo que me lo iba a dejar igual al 2×1, y rió levemente, como si planeara alguna maldad.
La vi preparar el cóctel, y mientras tanto ninguno hablo. Solo me veía y sonreía y yo hacía lo mismo. Ella tomó un vaso alto y lo llenó de hielos y la vi servir lo siguiente:
-4/13 de vodka
-2/13 de licor de durazno
-4/13 de jugo de naranja recién exprimido
-3/13 de jugo de arándano
Lo mezcló con una cuchara y me dijo de cercas: -no es muy masculino este cóctel, pero es lo que quiero.
Tal vez ella buscaba solo jugarme una broma, o tal vez era en serio; lo cierto es que ella no sabía, que yo sabía exactamente lo que había servido. Me levante y pase detrás de la barra; la ví a los ojos y la tome del brazo para llevarla afuera. No opuso resistencia , más bien, sabía lo que estaba pasando.
-Espera! Me dijo, y tomo una botella medio llena.
Caminamos un poco antes de llegar a la playa. Mientras caminábamos por las calles aledañas al mar, me platicó un poco acerca de ella. Por un momento imaginé ese vaso con jugo y alcohol ahí en la barra, ahí estaría yo.
Reí un poco y la noche fue de maravilla.

Fotografía: Kevin James Neal