Deseo que mis dedos te den placer, que sepas que puedes confiar en ellos cuando te acaricio y sientas que ese cariño es sincero. 

Introducirte mis dedos y escucharte gemir hasta que me duela mi mano es uno de mis momentos favoritos. Siento cosquillas en las palmas cuando bailamos y descubro cada vez más las hermosas curvas que hay en tu cuerpo. Pasar mis dedos por tu cabello y hacer a un lado tu blusa para lamerte o besarte la clavícula siempre me va a excitar. Cuando veo mis manos y me acuerdo de esos momentos donde me pedías que no parara de tocarte, me brinda infinita alegría. Espero que mis manos te hagan sentir el cosmos, tal vez por eso llevo puesto esmalte de uñas con brillos. 

Mi meta es que cada uno de mis dedos toquen todo tu cuerpo. Quiero que distingas mis manos en la oscuridad y debajo del agua. Aunque parezca raro, no me gusta mucho caminar tomadas de la mano, prefiero abrazarte constantemente.

Necesito tocarte. Ya va un mes y siento que esta ansiedad no disminuye. Cuando podamos estar juntas otra vez, no podré saciarme de ti y estaré dispuesta a pasar una cuarentena más pero a tu lado, incluso voy a disfrutar demasiado lo más cotidiano como pasarte la sal para que le pongas a tu tortilla mientras nuestros dedos rozan o tal vez ya no me desagrade cuando besas mi mano y me dejas tu saliva. 

Fotografía: Cecilia Gómez de Villavedón