Llego a casa
sola
sin fuerzas para subir la maleta
para subirme yo.
Busco la pijama en el equipaje
me cambio
tiro la ropa del día al piso.
La caja de pizza
-nuestra última cena-
continúa en la mesa
llena de hormigas.
Dormito un poco
en las sillas nuevas.
Espero:
nadie va a entrar por la puerta.
Desde arriba
solo se ve un círculo de luz
inmóvil
cansado.
Desde adentro
sigue la turbulencia
ganas de que alguien
limpie la mesa
y me lleve a la cama.
Fotografía: Mauricio Soto A.