Nunca me he sentido cómoda diciendo adiós.
Pero decirte adiós me liberará de alguna manera que aún no consigo del todo aceptar, ni entender; pero me liberará.
Hoy, en tres días estarás a siete horas de futuro para mí. Con un cielo nublado y un mar frío que tocará tus pies y te hará extrañar el calor del pasado de siete horas.
Cuando te dije que México te extrañaría, y contestaste: amo cómo te llamas a ti misma México.
Pero sí te extrañaré, con toda mi alma, con todo mi pasado, presente y futuro.
Porque ya no soy la que era, y tampoco soy la que seré. Hay una brecha entre mi existencia y cuando conocí la tuya.
Siete horas de futuro, ahí siempre estuviste. Y sin embargo, conocerte era una posibilidad de mil billones. Pero aquí estamos. Sin siete horas de por medio entre tu vida y la mía. Con millones de segundos que se atravesaron en mi presente y me enseñaron lo que era ser auténticamente feliz. Me hiciste feliz.
Me harás feliz.
Pero sí te extrañaré, con toda mi alma, con todo mi pasado, presente y futuro.
Tu libertad enamora. Ahora me destruye. Pero solo porque no he aprendido a no ser egoísta. Pero me enseñarás.
Por eso me liberaré cuando te diga adiós.
Lloraré y lloraré. Te buscaré en cientos de cuerpos y almas, que vivirán solo para enseñarme que jamás te volveré a encontrar. Y será hermoso, porque alguna vez te encontré.
Cuando dijiste que si fueras un animal serías un pájaro y yo deseé con todas mis fuerzas que fueras una tortuga.
Porque no quiero que te vayas. Pero sí quiero que vueles. Porque te extraño. Pero extrañarte es lo más bello que me ha sucedido.
Lo más bello que me sucederá.
Tal vez nunca entenderé porqué la vida me regaló un millón de segundos contigo si solo iban a ser eso, segundos.
Pero si dios existiera, igual le agradecería.
Gracias porque me enseñaste a verme en maneras en las que jamás me hubiese podido ver sin tus ojos viéndome.
También porque aprendí a pronunciar palabras en francés.
Me liberé de mí misma encontrando nuevas maneras de entender y de amar. Aunque aún me aferro a cosas que tú sí sabes soltar. Me aferro a ti, a la idea de ti, a los millones de segundos que compartimos.
Cuando tocaste mi pecho y buscaste el latido de mi corazón para enseñarme que los testigos van y vienen, pero que la sangre sigue fluyendo.
Porque fuiste un testigo.
La gente muere, las ideas, los movimientos. Pero las memorias las guardamos en pedazos de papel como este.
No te olvidaré. Estarás siempre en mis historias, en pedazos de papel, en las noches. En el mar. En siete horas de futuro.
Pero sí te extrañaré, con toda mi alma, con todo mi pasado, presente y futuro.
Y cuando mis pies toquen el mar cálido, me acordaré siempre de ti.
Cuando me sienta invisible, me acordaré de tus ojos viéndome.
La gente morirá, y escribiré en un pedazo de papel.
Te amo, y el hecho de que no pueda tenerte para siempre es lo que más me hace amarte.
Espero que te vaya bien a donde sea que vayas. En el pasado siempre estaré, esperando compartir un millón de segundos más a tu lado.
Vuela mucho, conoce mucho. Ve y llena de luz a otras personas que te necesitan, como yo te necesitaba. Ya no te necesito.
Pero sí te extrañaré, con toda mi alma, con todo mi pasado, presente y futuro.
Gracias por encontrarme.
Je te laisserai des mots.
Fotografía por Amanda Aura
à la recherche d’empreintes