Tirados mirando el cielo. Por un momento a la deriva. De tus ojos sólo quedan los míos y de mis manos las tuyas; te miro y me tocas por dentro.

Luego, sin decirnos, sin seña huimos, repasamos por el lado opuesto todas las cosas que no tienen nada que decir, evitando la gota constante. Olvidando luego los días y a los otros.

Por un momento a la deriva, sobre el cielo. Buscando estrellas para saltar. Bajo el mar sin tiempo, oscurecido tiempo. Estamos en nuestra pequeña isla hecha de porciones de vida. Escapemos, al menos por un momento, a la deriva.

Fotografía: Emilio Ramírez