Yo, con un par de almas dentro,
hay una primera, de frenesí y súbita,
hay una segunda, de refute y cúbica,
siempre juntas por fuera y en el centro.
Y no sé si sinoples o pardos ojos,
decidir atención o indiferencia,
bozos bermejos o fuliginosos,
idilios nuevos, idilios añosos.
El primero ayudó a olvidar al segundo,
y el segundo me hizo amar al primero,
en un solo día, en tan solo un momento,
pasando en un minuto, en un solo segundo.
Catadura de matices viéndolos,
una misma historia que los tres sabemos,
desamor, aversión, rencor, antipatía,
ese fue el final, ¿quién lo sabría?
Fotografía por Erik Wetsoe