Hey, that’s no way to say adios

Encendí mi celular, puse la playlist que había creado hace tiempo.

I loved you in the morning
Our kisses deep and warm
Your hair upon the pillow
Like a sleepy golden storm.

La voz de Feist sonaba a mitad de la noche. Estábamos fuera de su casa. Ella comenzó a llorar.

– ¿Qué te sucede, nena?
– Lo siento, Ed. Es que no puedo soportarlo.
– ¿Hay algún problema? Dime, te puedo ayudar.
– Sí hay un problema. Sí hay un maldito problema. Tú y yo, nunca podremos estar juntos de verdad.
– ¿De qué hablas, cariño? Estamos juntos ahora.
– Lo sé, pero no será así. Es que la diferencia de edad, 10 años, es el problema, Ed. Tú en algún momento vas a querer casarte, tener hijos, una familia, una casa. Y yo no estoy lista para eso.

Me quedé en silencio.

– Sinceramente yo quiero tener a alguien de mi edad, alguien que me entienda y me abrace. Sé que tú me entiendes, porque contigo puedo ser yo misma, contigo no tengo que fingir ser alguien más. Pero quiero disfrutar mi juventud más tiempo, no quiero atarme a ti.
– Entonces este es el adiós.

Me dirigí hacia el auto, caminando lento, sin mirar hacia atrás esperando que ella me alcanzara y dijera que no me fuera.

Subí al auto, puse el celular vía bluetooth y esperé un momento más, aún sin voltear a verla. Seguí esperando. Ella no regresó.

But now it’s come to distances
And both of us must try
Your eyes are soft with sorrow

Llegué a mi casa y encendí el tocadiscos.

Me quedé sentado a la orilla de mi cama, pensando en todo lo que vivimos en estos meses. Las tardes juntos, las charlas por teléfono, los mensajes en whats, sus besos.

Una vez más estaba solo, con esa sensación de soledad infinita, esa soledad que puedes oír en el lento avance de las manecillas del reloj.

Me quité los zapatos y me recosté en la cama mirando las luces intermitentes de mi habitación, sintiendo que estaba esperando por algo que nunca iba a suceder.

Hey, that’s no way to say goodbye.

Fotografía por Trang Doan