He roto poco a poco

Y es que no sé por qué el escribir ha sido como quemar el pasado, romper maldiciones, desechar salaciones, depurarme de la tristeza, dejar los pensamientos vagos. Me ha salvado. Me ha obligado a arrastrarme hasta llorar, hincarme y hasta rayonear, romper las hojas y comenzar y sentirme aliviada, me ha liberado, pasan  los días y hasta ahora entiendo el porqué no dejo de escribir desde lo más tonto, hasta lo más complejo, desde lo más soso, hasta lo más elevado, desde lo más copioso hasta lo más ‘entrañoso’.

Fotografía por Patricia Ruiz del Portal