Con un poco mas de silencio, con mucha más fragilidad, observo a todos sin motivo alguno por el hecho de estar ahí. Veo como tienen una vida distinta, incluso algunos mejor que la mía; donde muchos de ellos hablan en grupos, hablan solos, del cómo es vivir siendo ellos, y porque les late tanto el corazón y el por qué acciones tan simples permiten que los destroce. Eso lo vieron mis ojos hace siete años y hoy sigue siendo igual.

Fotografía por cem celik