Llevo aproximadamente dos años mirándome al espejo mientras me masturbo, hoy he cerrado los ojos para verte.

Lo primero que le conté a María fue como es que esa mañana me dolían las piernas, mientras recargaba la cabeza en la mesa, y en mi mente me hundía en la cama de nuevo.

Sonreí hasta que le dije la manera en que me besaste, ella lo sabía, me iba a morir de nuevo.

Tus labios y tú aroma que no huelo me hicieron olvidar la pregunta, para regresarme la de nuevo al instante siguiente, ¿por qué las personas dejan extinguir el fuego?

Fotografía por Martin Canova