¿Han notado que no sabríamos a cuánto amor tendríamos acceso si no liberamos los mapas viejos, si no limpiamos los estantes de recuerdos?
Cuánto tiempo malgastado intentando encajar, queriendo que las piezas se acomoden entre tú y alguien más.
Cuando soltamos los anclajes y elevamos las velas, el horizonte es brillante, vamos de la mano con nosotros mismos.
Entonces llega un aire de otro mundo, de personas que quieren compartir el viaje, y no tienes que remar contracorriente, la marea les favorece a los dos.
Todo el amor que es para ti, está ahí, justo ahí donde te liberas de las aprehensiones, de los pesados baúles de expectativas.
Nada con pasión, sumérgete en el mar, que todo el amor que esperas está en aquella profundidad.
Fotografía por Martin Canova
Las palabras me visitan a todas horas del día y yo las invito a pasar.