Estrella binaria

Déjame contarte algo, algo que ha estado cantando mi alma, brincando en mi corazón, dando vueltas en mi mente…

Tu ser volvió a encender mi corazón, bastó que entendieras una referencia absurda para que éste empezara a latir.

Volviste a despertar este lado de mí que creía enterrado entre la rutina y el complejo mundo.

Volviste a encender fuego en mí. Fuego en mí que estaba mortecino, desganado, agotado pero brillaron tus ojos y ganaron tus labios, esparciste tu encanto y triunfaron tus hermosas manos y sin saber me despertaste de eso que yo llamaba vida.

Viviendo de nuevo, cantando sin saber cantar, gritando sin voz y llorando sin estar triste.

Encendiste fuego en mí y me trastornó tu forma de ver la vida, tu faz, la dulzura de tu ser “chiquito” al estar conmigo, la delicia del sonido de tu voz, el ímpetu de tu silencio al verme al natural (mente y cuerpo).

Así como el fuego quema, también purifica y eso es lo que percibo aquí, esto se ha vuelto claro ya para mí.

Soy y seré tuya para siempre.

Lo ininteligible de mis sentimientos se ordenan cuando te siento cerca, se traduce en oraciones, renglones específicos y claros para ti, únicos y exclusivos que llevan tu nombre por todas partes.

Por esta vez tu eres fuego y yo soy papel, papel que desea ser consumido por el fuego para que así se manifieste lo que he querido decirte desde que te vi.

Mi ser, al irte conociendo más y más, se iba asegurando que eras tu la estrella con la siempre se había imaginado crecer y así como las estrellas binarias evolucionan y viajan juntas en un universo sin final, así es como quiero pasar el resto de mi vida junto a ti.

Fotografía por perezful