No puedo respirar.
No logré disolver los malos pensamientos y
ahora los estoy sintiendo.
Me están contando historias donde
lo mejor sería no estar, soy irrelevante.
Me está absorbiendo el mar que se desborda.
El agua me sale de los ojos y no deja de llover.
¿Hay algo más sincero que reír de dolor o
llorar de alegría?
Me duele la vida. Y no se como explicártelo.
Fotografía por Abel Ibáñez G.