Creo que aprendí a amar como mi madre.
Creo que me enojo como mi padre.
Mi madre siempre ha tenido una mirada tierna,sincera, triste y algo perdida.
Mi padre siempre ha tenido una mirada de ira, turbia e indecisa.
Obsesionarse es una palabra pesada.
Mi madre estaba enamorada.
Cegada.
Atrapada.
Melancólica.
Mi padre tenía una mirada infalible, siempre funcionó.
Mi madre era transparente,siempre lo ha sido,no le importa que no sea el momento,que no sea correcto,que este indignada. Siempre ha dicho lo que siente, más no lo que quiere.
Mi padre no piensa lo que dice, en parte tampoco le importa decir todo lo que piensa.
Ambos tienen esa manera de desahogarse, de enojarse y sentirse llenos de amor,loco y enfermo amor.
No quiero amar como mi madre,no quiero enojarme como mi padre.
No quiero enloquecer de amor.
Fotografía: John Kilar | Instagram
La curiosidad mató al gato.