Ficciones. Palabras. Letras que se pegan a los dedos. Al final: recuerdos y momentos inventados. Los poemas no limpian ni sanan pero sí exponen la herida para uno poder contemplar los gusanos.
Ahora, unos intentos de poemas para darle “número y sentido”, como escribe Barba Jacob, a mis días junto a él.
Poemas para decirme: mira, ahí está elmiedo, ahógate con él, embute tus cosas en su nombre
A R.
I
Si pudiese fundirme lo haría
sobre el tejido
inflado y supurante de tu
tu garganta
Viviría en ese rincón donde
arrancarme o
extirparme es una necesidad
médica así largarse de ti
ocurriría bajo las normas
estritcas y milimétricas
del quirófano
Ojalá
Pero en realidad solo
me queda la opción
salvaje
Ceremonial
antigua y caníbal:
morderme la necesidad
hasta volverla (me)
MIERDA
II
Buscamos a alguien
que nunca ha existido
Tratamos de hallar
un cuerpo que no
ha sido creado
Así pues, nos volvemos
sospechosos dioses
Inventores fugaces
de anatomías
oníricas
creadores de la fantasía
de ese “aquél” que
no es más que la
fabulación.
Y poblamos al mundo,
con personas
que solo vemos
quienes decidimos creer
en los huesos
falsos.
III
La ciudad delata
su necesidad de compañía
sus ganas súbitas
de ser habitada por
amantes de la noche
Caminantes
Deshadores
de pasos
Somos nosotros
esos espectros
soñadores en la vigilia
que descubren tu veta
dolorosa
Se nos entumecen
la manos y se me transforma
el rostro en una mueca de
agonía
Mientras él huye
de
mí
Quiere encontrar
la noche sin el eco
de mis pasos junto
a los de él
Entiendo el deseo
pero no comprendo
la acción
Te vas con Él
maldita ciudad
Te robas lo único que
puedo sentir
Ahora solo queda el entumecimiento
IV
Eres la metáfora
que me hace navegar
sobre terribles mareas
oleajes de un eterno ocaso
Un mar de apariencias
Miro tu hombro y observo
la montaña
Tus labios describe un
meteorito próximo y amenazador
En tus ojos habitan todos los
desiertos
se deshojan las cascadas
Tus brazos componen el
espacio vacío
Tu pene
carcome
cansa
fatiga
RE
vive
Tus piernas
el maldito amanecer
de un día perfecto
En ti
la metáfora
de la quimera
de la vida
Fotografía: PJ Wang