Se detiene en la esquina, podría jurar que ese grafiti ya lo había visto antes. “Calle Central No. 43” es la dirección que busca. Quizá algún bromista con mucho dinero para tirar le estaba mandando a un lugar inexistente. De la nada, escucha un sonido y temeroso voltea. Un gato, un maldito gato. Un aire gélido le acaricia el cuello y la noche le impide ver la figura detrás suyo que está por engullirlo.
Fotografía: PJ Wang