Cuando termine el colegio me metí a estudiar para ser tasadora de arte. Era una mezcla perfecta de las cosas que me gustaban: arte, derecho, números. Por un momento pensé que me iba a codear con grandes artistas, tener renombre, pero siendo nadie. Por suerte la vida, que no es lerda ni perezosa, me termino haciendo codear con los artistas más importantes y de renombre de argentina. Me di cuenta lo vacías que pueden estar ciertas personas, la mierda que hay que comer para ganarse un lugar entre gente de dudosa moral y pocos escrúpulos. Hoy me divierto solo de disfrutar el arte, de valorar lo que realmente importa y de ponerle mi connotación. Me doy un lujo, que poco profesional se puede dar.
Fotografía por Patrick Liebach
Azul es mi alter ego. Azul es quién se permite pensar, actuar y, por sobre todo, sentir. Azul es quién lidia con las emociones que Maca, claramente, no puede. Azul acepta que no se puede ser fuerte todo el tiempo. Azul es la mejor versión, solo la conocen quienes son dignos de ella.
Azul es Azul.