– Hey, compre condones, porfa, ya se me acabaron.
Te pregunté cuáles
y dijiste que los que yo quisiera
sin saber
que yo no quería ninguno
que nunca había comprado
y que odio los penes envueltos.
Compré unos Durex
porque son los más caros
y tienen las cajas más normales.
Compré unos rojos
ultra delgados
ultra sensitivos
ultra chimadores.
– ¿Usted es alérgica al látex?, se le están poniendo rojas las nalgas.
– Sí, un toque, pero no pasa nada.
-¿Si hago esto le duele?
– No. ¿Se ve mal?
– No, no.
– Entonces siga.
Antes de irme preguntaste
si quería la plata de las compras.
Te dije que no
-aunque sí la quería-
que mejor compraras birras
para la próxima
y que por mientras
te había dejado el que sobró
en la gaveta del baño.
Fotografía: Dennis Schnieber