Donde nace la contradicción

La ausencia que más me acompaña
y esa compañía que resulto ser tan ausente
hablando bajo, a distancia y con fatiga de la vida que carga sobre su pecho
atrás miras las oscuras almas, llamando si buscar a alguien

La sonrisa de la nada, poesía banal que no quiero más en mi vida
certeramente arrancando los ojos y disparándolos como balas
fracasando en la vulnerabilidad y el silencio
recayendo sobre mis brazos un viaje sin fin

Entre estrellas y expulsiones del alma
sin entendernos, en un punto sin retorno, en busca del mar que hemos perdido
volteando los versos que no tienen corazón
desesperanzado sin encontrar mi propio vació, aquellos amigos que no saben que me han mirado
sin contemplar algo cuando me observan, viviendo lo que cultivan todo aquello que yo he perdido

Coronando a las estrellas que noto en el cielo, mientras un muerto me canta al oído
el viento es esclavo de los vivos, gimiendo de tristeza
sin saber siquiera quien soy, encontrando mas fácil lo que quieren decirme los desaparecidos que los presentes
girando y rodeando un entendimiento entre lagrimas

Donde los fantasmas de todo lo que miro y amo desconocen a lo que me aventuro
no vuelo a pesar de que me he fabricado unas bellas alas
sin poder andar aunque tengo un par de piernas
el olvido que se mece entre tus pestañas y un secreto que vuela entre los vientos

Aquel que duerme cuando debe escribir poesía, donde la muerte se confunde con el azar
buscando las llaves para entrar y cambiar los hechos en el fondo del mar
he aquí un tiempo de olvido, que se dirá al momento donde realmente se tiene que mirar
abrazando la muerte que me sigue, que me extraña sin embargo yo aún no la puedo amar

Fotografía por Martin Canova