Desde entonces

No siento temor, mis soledades encontraron algo que las conforman, y aunque en mi aun existan momentos de conmoción no me arrepiento de lo que sucedió, no me arrepiento de los errores que cometí, ni de hacer lo que me gusta.

desde entonces puedo poseer la sonrisa que a la gente le extraña, puedo tener las carcajadas que pocos tienen, puedo disfrutar cada talento ajeno, puedo aplaudir cada fortaleza y debilidad.

Fotografía por Martin Canova