Llámame ilusa, tonta, confiada, o altamente positiva, pero algunos de los que podrían haber sido los mejores momentos de mi vida se han estropeado por el simple y jodido hecho de tener las expectativas demasiado altas.
“Esta noche sí consigo sexo”, “Por fin comenzaré una relación sentimental”, “La comida en Italia será deliciosa en cualquier lado”, “Este verano si lograré ese cuerpazo”; en fin todas las situaciones y personas que decidía mandar por las nubes y alentaba a mi imaginación a tomar el rumbo de mi realidad, acabó jodiendolo todo.
Que esta bien soñar un poco, pero que a veces, es mejor solo fluir con los hechos, dejar que la vida decida y nos sorprenda que andar maldiciendo las decepciones que nos llevamos por haber supuesto y esperado demasiado.
Fotografía: John Kilar | Instagram
Amante del café y de las buenas historias, turista de museos y galerías de arte. Fotógrafa en proceso y escritora de vez en cuando entre inspiración y ocurrencias.