Últimamente la rutina me mantiene con los pies en el suelo. Y como rayo de luz, tu recuerdo se cuela entre las cortinas cada mañana. Manejando en la carretera me cuesta mantener la concentración cuando, como el golpe de una ola, apareces en mi mente. Me invaden las ganas de llamarte y decirte que te extraño. Forzándome a mi misma a no llorar, me digo, ‘déjate llevar’. Quiero llamarte. Hablar contigo, saber de ti, escuchar tu voz. Y quiero llorar. Ahora las únicas conversaciones que tengo contigo son en mi cabeza.
Fotografía por: Lui III