Te dejé mi corazón en una bolsa plástica.
Mañana no pasará el camión de la basura,
si te urge hacer espacio en el bote
puedes ir al supermercado y
arrojarlo al contenedor.
O puedes picarlo, condimentarlo,
comerlo como cena,
exprimirlo para beberte un
shot de mi sangre.
Sé que a veces llegas del trabajo
cansada, con hambre,
esperando hallar algo en el refrigerador
o la alacena.
Sé que hay noches en que
a falta de alcohol, bebes lágrimas
hasta quedarte dormida
hipando como niña;
que cuando te da hambre
en ausencia de comida,
abres los cojines del sofá
con los dientes.
Puedes ir al supermercado
Por tu cena congelada
o puedes incluirme
una última noche
en tu dieta balanceada.
Amor, tú eliges.
Fotografía: mosthvost
(1990- ¿?). Gestor cultural, bibliómano y colaborador constante de publicaciones digitales.