Voy a una cafetería famosa cerca de mi casa,
La barista me sonríe, su nombre es Andy,
Tiene una linda sonrisa y su cabello recogido.
Ordeno un café del día, ella pregunta si pediré algo más,
“Tu número estaría bien”
Pienso decir eso, pero recuerdo que su sonrisa es parte de su trabajo.
– Es todo.
Sonrío un poco y ella devuelve la sonrisa.
Me siento en una de las mesas altas,
Se puede ver casi todo el lugar desde ahí.
A unas cuantas mesas de la mía hay un grupo de amigos, se ríen y se divierten,
Hacen ruido, parece que no se han visto en años porque hay muchos “te acuerdas cuando…”
En los sillones hay parejas, chicas lindas con sus novios,
Parecen muy cómodos, llevan la mitad de su bebida,
Hablan mucho,
Se miran mucho,
Se toman de la mano,
Ocasionalmente se besan.
Miro mi café, una sirena me mira fijamente,
Me sonríe, o al menos eso parece.
Su sonrisa y la de Andy son las únicas que he visto desde hace un par de semanas.
Reviso mi celular y no hay ninguna notificación,
Ningún mensaje,
Ni una llamada,
Ni de ella ni de nadie.
Las parejas siguen ahí,
El grupo de amigos sigue ahí,
Mi café se ha terminado,
Me levanto y me dirijo a la salida.
Una de las parejas sale detrás de mí,
Van tomados de la mano,
Se dirigen al estacionamiento,
Suben en un buen auto,
Comienza a llover y no tengo auto,
Comienza a llover y tengo que caminar a casa.
Espero mi celular no se dañe.
Duro, justo y valeroso. Nunca buscando una pelea, nunca dándole la espalda a una.