Complexión joven, de piel blanca, cabello corto; negro, estatura promedio y de alma ermitaña… así, así es como recuerdo a Alex.

Alex ha dicho que la vida es solo terrenal y que pronto se ha de teminar, pero yo solo quiero que se quede un rato más.

Esa noche subimos a la habitación, encendió una vela, tomó un libro y leyó en voz alta hasta que pude quedarme dormida. A la mañana siguiente: cinco y veinte de la madrugada, Alex desapareció. Solo bastaron cinco minutos para emprender el siguiente viaje y solo queda  el recuerdo de su silueta reflejada sobre la pared; donde cada noche abordan los delfines y la luces del amanecer.

Quizá solo quiere salir volando, quiere vivir pero no quiere morir, quizás solo quiere respirar o quizá simplemente no crea.

Fotografía por asketoner