Una voz (la que me mantiene con vida), me dice que los únicos minutos de mi vida, son a su lado, me sostiene y me acompaña en todos los acantilados, cuando me mira a los ojos, mis facies se desencadenan, no logro ordenar mis ideas, y me pongo a hablar en galimatías.
Nunca entenderé porque provoca esto en mí y no quisiera saber, solo sé que cualquier sentimiento existente se encuentra allí, cuando gesticula palabras, cuando mueve sus manos y recoge su cabello. Claro, ahora sé por qué lo romántico existe, porque ella existe.
Todas las leyes se contrarrestan, lo real y lo irreal se vuelven uno solo, deseo tantos momentos, deseo tantas miradas, deseo ser siempre el motivo de sus sonidos.
Y cuando me lee, cuando me escucha, cuando me oye cantar y silbar, sé que esto es de verdad.
Es triste no verla, es hermoso pensarla, es armonioso escribirle, es apoteósico dedicarle mis suspiros, mis movimientos y mis matices.
Cuando la vea haremos el jardín más grande, y un diente de león crecerá.
Dedicado a Zhu.
Fotografía por asketoner