¿Cómo nació este local y qué lo hizo diferente desde el principio?
Nace del amor al café y de la importancia de ser un puente entre las personas y el mundo del café de especialidad. Desde el inicio tuvimos claro que queríamos acercar este universo de manera cálida y sencilla: algo que nos hace diferentes es la cercanía con nuestros clientes, el tiempo que dedicamos a explicarles qué es un espresso, cómo se preparan sus bebidas y qué hay detrás de cada grano.
¿Qué parte del día, del espacio o del proceso creativo disfrutan más quienes trabajan aquí?
Disfrutamos cada momento del día: desde abrir la cafetería, encender la máquina, montar el pan en la vitrina y calibrar el primer espresso, hasta cerrar y asegurarnos de que el trabajo de un turno continúe con la misma energía para el siguiente. Esa continuidad es parte de lo que nos mantiene unidos como equipo.
Si alguien entra por primera vez, ¿qué es lo que no debería perderse?
Lo primero es la atmósfera del lugar: un espacio acogedor con la calidez de un personal que siempre recibe con una sonrisa. Además, nos gusta ayudar a cada cliente a descubrir qué bebida o platillo puede disfrutar más en su visita.


¿Cuál ha sido un desafío interesante que los haya hecho replantearse algo sobre el proyecto?
El primer gran desafío fue nuestra propia capacitación como baristas. Entender la trazabilidad del grano, conocer de dónde viene y aprender a transmitir esa historia a los clientes nos hizo replantearnos el valor de lo que hacemos día a día.
¿Qué influencia, idea o referencia sigue guiando lo que hacen hoy?
Nos guía la idea de que el café es más que una bebida: es cultura, comunidad y experiencia. Ese pensamiento nos recuerda que cada taza debe ser preparada con dedicación y respeto hacia quienes la producen y quienes la disfrutan.
¿Qué lugar, proyecto o persona los ha inspirado últimamente y por qué?
Cada lugar tiene algo que nos inspira: tratamos de ver con humildad lo que otros hacen y aprender de ello. Últimamente nos inspiran las personas que trabajan con pasión por su oficio, desde productores hasta proyectos gastronómicos que transmiten autenticidad.

Si su espacio pudiera invitar a alguien a colaborar por un día, ¿quién sería y qué harían juntos?
Nos encantaría colaborar con dos personas: Karime López, la primera chef mexicana en ganar una estrella Michelin, para crear un platillo o postre especial con ella; y Jesús Salazar, para desarrollar juntos un grano específico para nuestra cafetería.
¿Hay algún objeto, rincón o detalle del lugar que tenga una historia que pocos conocen?
Aunque somos una cafetería pequeña, cada rincón tiene una historia. Nos recuerda cómo hemos crecido y el ímpetu que tenemos de poner atención a cada detalle para seguir avanzando.
Si este proyecto fuera una ciudad, un libro o un disco, ¿cuál sería y por qué?
Sería un libro de viajes lleno de pequeñas crónicas: porque cada visita es distinta, cada persona trae su propia historia y cada taza de café se convierte en un recuerdo compartido.
Respuestas por Humberto López Pineda y Pamela López Pineda, fundadores de WO Café de Especialidad.

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