A Esteban no le gusta el futbol, bueno al menos no le gusta jugarlo. Yo solía echar la reta con frecuencia por las tardes de un fragmento agrío que atravesó los noventa, cuando vivíamos en una colonia llamada Arcoíris, cercana a Cholula; ahí me hice un vago con varios camaradas. Yo le llevo a Esteban 6 años, por lo que somos de generaciones algo distantes. A los camaradas de Arcoíris se les ocurrió hacer un equipo de fut con los más morros de la colonia, convencí a mi hermano de entrarle. La primera vez que jugó contra unos chavales de un pueblo aledaño me atasqué de orgullo, fue como ver a un hijo- hermano; de muchas formas, con mi inexperiencia, torpeza y fragilidad, yo fui una figura paterna para él; y es mi mayor orgullo, porque es el mejor de lo hombres. El “maestro” Persino se perdió de ese privilegio.
Fotografía: John Kilar | Instagram
Fernando Percino es mexicano y nació en algún momento de los años ochenta; además es licenciado en Administración Pública por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha publicado cuentos en el suplemento cultural “Catedral” del diario “Síntesis”, la novela “Velvet Cabaret” (2015), el libro de cuentos “Lucina” (2016), el libro de crónicas “Diarios de Teca” (2016)y actualmente escribe el libro de notas “Volk” en ERRR Magazine. Fue miembro del consejo editorial de las revistas: “Chido BUAP” y “Vanguardia: Todas las expresiones”. Ha trabajado como funcionario público en la Administración Pública Estatal y Federal y se desempeñó en diversos puestos, por más de 7 años, en el ramo de las microfinanzas.