Me gusta creer en muchas cosas, como en la vida después de la muerte, en las sirenas y en que el dolor no existe, en que la sangre no es roja, en las catarinas doradas y que nada cae, solo flota hacia abajo, en fantasmas y en que los espejos te roban el alma, en en cielo, en la vida eterna y en dimensiones alternas.
Si, tengo los pies en el cielo, y medio duermo la mayoría del tiempo, lo hago sobre los latidos de quien amo, ahí es donde surgen todas estas realidades.
Fotografía: Dima Semenovykh