Saber que uno se pasa la vida buscando la felicidad, cuando la tenemos frente a nuestros ojos.

Cada mañana al despertar y ver un amanecer es saber que tenemos la oportunidad para ser felices, en el aroma de tu taza de café y en esa pequeña lectura mirando por la ventana, viendo pasar las horas.

Sentir el roció del pasto mojado bajo tus pies, es una esa sensación que nos recuerda cuando éramos pequeños y no nos importaba nada más que jugar y divertirnos, ahora eso se nos ha olvidado.

Dar un beso de esos que se te va el alma y que entregas el cuerpo; un abrazo que te hace olvidar todo porque en esos brazos uno se siente a salvo.

Una noche de pasión donde lo único que quieres es sentir y hacer vibrar al cielo con tanto amor que tienes. Porque somos una partícula minúscula de este enorme universo; pero si estamos es porque somos esenciales para un todo.

Todos somos un amanecer que desea ser admirado.

Fotografía: Alexis Vasilikos