¿En qué caja guardaste el brillo dorado de tus hombros?
Tus párpados se cerraron junto con el amanecer y algunas de tus pestañas quedaron tiradas en Isabel la católica. Al menos espero que el lunar que tanto me gustaba siga en tu clavícula y ojalá tus manos sigan creando arte.
Ha pasado el tiempo y no quiero saber si envuelves tu cuerpo en otras sábanas.
Quisiera verte de nuevo algún día…
Fotografía: Vinnie Nanthavongsa
He pensado en quemar mi cama pero no tendría dónde dormir.
Que cansancio ser. La vida y yo no nos llevamos bien.