Tendencias autodestructivas

Me gusta deshojar mi corazón, arrancarle las costras de lo que recién está sanando.

Me gusta hurgar las heridas hasta llorar.

Me gusta sentir dolor porque de esa forma sé que aún no soy un simple caparazón.

Me gusta porque cuando me duele siento la vida.

Me gusta recordarme que hay cosas inalcanzables, imposibles. Personas que ya no se van a volver a enredar por mis caderas, que ya encontraron rincones más cómodos en otros cuerpos.

Me gusta recordar tus manos, me gusta imaginar que ya debieron encajar en otras curvas.

Me gusta recordarte, me gusta ver que ya eres feliz, me gusta herirme, me gusta recriminarme, me gusta que me duelas.

Fotografía por Ivan Terekhov