Ayer fue tu cumpleaños. Yo sé cuánto odias tus cumpleaños.
El año pasado te llevé al acuario de sorpresa. Entre risas y tomados de la mano vimos las medusas iluminadas y tocamos una mantarraya. Los peces y tiburones pasaban por encima de nosotros a través de ese cristal enorme. Mientras estabas distraído viendo a los pingüinos, te tomé una foto. Al llegar a casa, preparé la cena y luego nos recostamos en la cama mirándonos fijamente hasta que nos quedamos dormidos.
Unos días después me confesaste que había sido uno de los mejores cumpleaños en tu vida.
El tiempo pasa y nada –incluyéndonos– se mantiene igual.
Ayer intenté llamarte y solamente sonó la contestadora.
Fotografía por Benedetta Falugi
He pensado en quemar mi cama pero no tendría dónde dormir.
Que cansancio ser. La vida y yo no nos llevamos bien.