Ya quería salir de ese pinche departamento atascado de humo y pendejos hablando de la última morra que les comió hasta los huesos.
Me dices que estás bien puesta y que quieres ir a mi depa, pero te llevo a cenar a tus tacos favoritos; tu amiga Paulina sale con la chingadera de que no le gusta el suadero. Le sugiero que pida pastor o bistec. La carta es amplia. Ordenamos y antes de que llegue la comida ya te acabaste el litro de horchata. Insistes en mi depa. Te quiero devorar hasta los sueños.
Tu amiga se vomita en el baño y nos corren de la taquería. Camino a tu casa empiezas a cantar y haces que toda la noche valga la pena. El próximo fin te voy a invitar a Saturno, prometo que no será un viernes en otra de esas fiestas. Bajamos, las acompaño a la puerta y cuando estamos cerca de besarnos, Paulina te jala bruscamente hacia dentro y azota la puerta.
Regreso al Uber, el conductor me pasa un dulce y agarramos Circuito hasta Tlalpan mientras amanece y suena Carlos Sadness.
Nacido en CDMX, pero caribeño por decisión de su mamá, de vuelta en CDMX por un amor que siempre sí terminó. Entusiasta del mezcal y el arte callejero.