Me desperté con la resaca del siglo. Me había acostado en mi cama con la ropa puesta. Mi celular estaba sin batería, y al prender la televisión para mi sorpresa, eran las 6 de la tarde. Había dormido todo el día. Ya me imaginaba a mis padres y mis amigos neuróticos sin poder ubicarme. Me imaginaba más neuróticos a mis amigos, ya que calculo que mi estado etílico y de todo lo demás debía ser proporcional a mi resaca. Debió ser una buena fiesta.
– Cómo vas? Salimos hoy?
Un mensaje de número desconocido.
-Perdón, pero quién sos?
-Jajaja, Juan, de anoche.
Mierda! Juan, de anoche? Que habré hecho!!
Llamé a mis amigos. Todos dijeron lo mismo, que en un momento de la noche me perdieron de su vista y que, ocasionalmente, me veían bailando por ahí. Que me fui con ellos y fueron ellos quienes me dejaron en mi casa… También me avisaron que debía comprar más galletitas y café, que ellos habían desayunado en mi casa.
-Bueno, dale, una cerveza. Donde nos encontramos?
Sí, tipeé eso. Valiente.
-Donde tú digas.
-8.30 en el bar de la estación central?
-Ok. 8.30.
Cómo iba a hacer si no recordaba su cara?
Llegué al bar, no pude contra mí genio, y como siempre llegué antes. El bar estaba muy lleno, más de lo normal. Un chico con campera de cuero y pelos desprolijos me saluda desde la barra.
casiMe acerco tímidamente, mirando al suelo. Siento su risa entre dientes a medida que me voy acercando a él. Me agarra de la mano. Sentí el calor subir hasta mi cara, que vergüenza, que se me cruzó por la cabeza? Él se sigue riendo, y me doy cuenta que también se ríe nervioso.
– Algo me dice que no me recuerdas. Tranquila, ayer no pasó nada.
Sentí alivio. Tremendo alivio. Empecé a reír en voz alta como él, mientras levantaba los ojos para poder mirarlo. Como fui capaz de olvidar esa cara? Esos ojos celestes tras unos lentes tan enormes? Era muy extraño, en ese momento creo que me enamoré. Aparentemente la noche anterior puse la misma cara, porque no pudo contener decirme que esa era la chica de anoche.
Azul es mi alter ego. Azul es quién se permite pensar, actuar y, por sobre todo, sentir. Azul es quién lidia con las emociones que Maca, claramente, no puede. Azul acepta que no se puede ser fuerte todo el tiempo. Azul es la mejor versión, solo la conocen quienes son dignos de ella.
Azul es Azul.