Sin esperar ni madres

No sé si las causas que nos hicieron separarnos fueron propias o ajenas y, la verdad, a estas alturas del partido me vienen valiendo madres.

Lo que sí me queda claro es que estaré agradecido por todos esos momentos en los que hiciste que en mi corazón latiera, por todas esas noches en las que hiciste que lloviera dentro de esa habitación.

Te quise tanto, siempre me llenó de alegría saberte tú, tan independiente, solitaria, eras pura, un ser libre a final de cuentas.

Después de que te fuiste me quedó claro que todo es más simple cuando se quiere sin esperar ni madres…

Fotografía por Ellen Hutchinson