“Romper el corazón”.

Me fascina la idea de pensar que un órgano que bombea el líquido vital a todo el cuerpo pueda “romperse” y aún así continuar con vida, tal vez no es una buena vida, no piensas igual, no respiras igual, no sientes igual pero al final sigues estando vivo.

Sólo tu podías terminar de romper mi corazón.

Mis amigos describen nuestro encuentro como “Lo que te vino a dar en la madre” y sí, nunca me topé con algo como tú; Samuel, el nombre de mi huracán, ese huracán que empieza con una leve llovizna que te empapa deliciosamente y que termina por convertirse en una tormenta que a su paso lo arrasa todo y cuando se va deja todo en ruinas.

Se que estoy viva pero no me siento viva, mi corazón ya no late igual, se rompió por completo. Lo rompiste. Estoy rota.

Fotografía por Isa Gelb