Sábado. 1am.
Me acurruqué pegada a su espalda, con la mirada clavada en el tatuaje junto a su cuello y mis labios rosando su piel pero para mi no era suficiente; quería respirarlo, quería sentirlo… Lo abracé y cerré los ojos en espera del amanecer.
Hoy confieso: Lo quiero de noche, lo quiero de día; Quiero que su piel y su mente sean mías como las mías ya son suyas.
Fotografía por Martin Canova
Escribo porque no tengo otro lado hacia donde correr… No dejes que me enamore de ti porque escribiré sobre ello y vivirás para siempre.