Que si te conozco

Vivir en una ciudad con 8.14 millones de personas, trabajar con una rutina irregular, caminar hacia mi destino, levantar la mirada y verte caminar hacia mi, de inmediato la pregunta saltó al aire -¿A poco se conocen?- de mi se escapa una sonrisa coqueta que se conecta con las imágenes que en segundos recordaron aquellas cogidas que nos dimos, una en tu casa y la otra en el hotel. Mi boca temblorosa solo responde con un -Si. fue mi compañero en una clase-. Te tengo de frente y evadimos mirarnos, hacemos de cuenta como que no nos conocemos a pesar de que con nuestras bocas recorrimos cada poro de nuestra piel, que nuestro sudor se fundió, mientras mis gemidos llenaban tus oídos como una melodía que deseabas fuera eterna.
Despedirnos de ese instante con tan solo un adiós y sin mirar atrás, me aseguró que logré enterrar todo lo que hiciste florecer en mi ser.

Fotografía: Nik To