¿Por qué te engañe?

Con tanto tiempo libre últimamente me han dado ganas de escribirte, por mail claro, así me evito respuestas largas; aunque al final creo que igual me llamarías para reclamarme.

El único secreto que aún mantengo de la montaña rusa que fue nuestra relación es que tuve pequeños deslices a otras personas mientras tú te ibas de viaje para descubrir cuanta cosa te pareciera interesante.

Al final los detalles importan solo si se quisiera hacer una telenovela de la situación y por ahí no va la cosa. Lo que realmente me ha dejado con mil vueltas de cabeza es que yo no soy así. No soy una manzana cubierta de miel en modo angelito, pero es que tampoco está en mi naturaleza ir por la vida siendo infiel.

No me quiero justificar, los juicios hacía mí ya no van. Solo quiero observar para entender y que no me vuelva a pasar. Por qué pasó una vez?

Después de tanto darle vuelta llegue a la conclusión que no es por las personas que veía, era por mí. Un método de autodefensa que mi mente se invento para dejarte.

La clásica batalla cerebro-corazón que tanto le gusta ilustrar a las personas, por un lado algo en mí sabía que si jugaba esa carta estaría acabado para tí. Que en ti no iba a existir la posibilidad del perdón y volver a empezar.

Lo estaba haciendo para zafarme, por que aunque mi lado más sentimentalista del siglo XVIII decía que era la última vez que me tratabas mal o que los maltratos se daban más por mi culpa que por la tuya. Sí cuando te ibas regresaba a mi centro y te era infiel, tal vez así los abusos iban a parar. Pero claro que eso al final no sirvió por que el corazón me decía que ya no iba a pasar y que realmente la mala era yo.

O quizá también fue solo revancha de que tú te hayas dado el lujo de embarazar a otra mujer a mis espaldas, saber que solo yo había perdonado y que encima me viste la cara.

Supondré que es un poco por los dos, un poco el ego y un poco la razón. Al final, si te hubiera dicho desde la primera vez me hubiera ahorrado muchos malos ratos- que hubo buenos vaya que sí. Que eran más los buenos? Para nada.

Lo que queda es haber hecho las paces conmigo, saber que esa persona estaba lejos de ser quien soy y solo actuaba porque estaban pasando muchas cosas malas que no conocía.

Tomaré esto como la declaración de culpa, no pido perdón. Solo que ya respondí mi pregunta.

¿Por qué lo engañe?

Fotografía por Magnus Jorgensen